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Genealogía, mormones y archivos sacramentales

Pues Cristo no me mandó a bautizar, sino a evangelizar; y esto sin alardes literarios, para que no se desvirtúe la cruz de Cristo.

Primera carta de san Pablo a los Corintios (1 Corintios 1,17)

 

 

Hemos mencionado ya muchas veces que la popularización de internet, especialmente a partir del año 2000, propició una gran difusión del interés por la genealogía en todos los ámbitos, entre personas de todos los países y también de todos los estratos sociales; con gran afluencia de numerosas personas que hasta entonces no habían recibido, como parte del acervo cultural de sus familias, un conocimiento amplio sobre quiénes habían sido y qué habían hecho sus ancestros.

Muchas de estas personas, ignorantes incluso de quiénes fueron sus bisabuelos, iniciaban así una investigación genealógica sobre generaciones que, si bien son muy cercanas en el tiempo, representaban una auténtica incógnita para estos genealogistas. Con toda lógica, el primer paso en su investigación suponía la consulta de los datos y fondos existentes en los diferentes Registros Civiles; pero como todos sabemos de la corta existencia de estos registros, esta fuente de búsqueda pronto quedaba agotada.

Teniendo en cuenta que la mayoría de estas personas no pertenecían a linajes notorios, o cuyos miembros hubieran formado parte de una clase dirigente o de destacada actuación fuera de sus ámbitos locales, el método normal y razonable para continuar obteniendo datos sobre quiénes fueron sus ancestros básicamente suponía el acceso a los registros sacramentales católicos: partidas de bautismo, matrimonio y defunción -en la mayoría de los casos-, y de velaciones, confirmaciones, expedientes matrimoniales y de dispensa de parentesco, en menor medida -aunque no menos interesantes para la investigación histórica-.

Todas las parroquias tienen la obligatoriedad de llevar al día y mantener estos libros sacramentales, obligatoriedad que se estipuló en el Concilio de Trento, celebrado en numerosas sesiones mantenidas entre 1545 y 1563.

Los archivos eclesiásticos son, como bien afirma Mons. Adolfo González Montes, obispo de Almería, “...ciertamente, testigos de una gran capacidad de creación y de una ingente labor desarrollada por las comunidades cristianas en la historia de la fe. El patrimonio documental de la Iglesia es el testimonio fehaciente de esta capacidad de creación de cultura que ha demostrado la Iglesia a lo largo de los siglos; y, observa la Comisión Pontificia para los Bienes Culturales de la Iglesia, «la memoria de las obras producidas confirma el incesante esfuerzo de los creyentes en la búsqueda de aquellos bienes capaces de crear una cultura de inspiración cristiana, a fin de promover todos los valores de la persona humana como presupuesto indispensable para su evangelización» [...] los archivos de la Iglesia tienen una identidad no reducible tan sólo al conocimiento de la historia de la Iglesia como si esta historia estuviera clausurada en sí misma. La historia de la Iglesia es una historia en continuidad y, por eso mismo, la tarea a la cual sirven los archivos eclesiásticos es de una utilidad preciosa, porque, ciertamente, el conocimiento de sus fondos históricos es de vital importancia para la vida presente de la comunidad cristiana[1].”

En efecto, como manifiesta Mons. González Montes, los archivos eclesiásticos no sólo se ciñen al conocimiento de la historia eclesiástica, sino a la de todas aquellas personas que han formado parte de la Iglesia a través de los siglos y sus archivos -en los que la Iglesia fue pionera, adelantándose en muchos siglos a los Registros Civiles estatales- son de evidente utilidad para la investigación histórica y genealógica.

Durante mucho tiempo, los genealogistas han prestado atención a estos libros sacramentales, obteniendo numerosos datos de ellos y elaborando infinidad de obras de consulta basadas, precisamente en estos libros sacramentales custodiados por las parroquias.

Sólo como muestra podríamos mencionar muchas obras de consulta genealógica tenidas por básicas en la biblioteca de los genealogistas, y que no son sino extracciones de datos contenidos en estos libros sacramentales. ¿Quién no ha oído mencionar el Padrón[2], de Fernández de Burzaco; o los Matrimonios[3] de Jáuregui Rueda?  ¿Quién negará que los datos contenidos en los libros sacramentales de Montevideo proporcionaron una ingente cantidad de la información contenida en Génesis[4], de Apolant?

Libro de Eber D. Howe, Mormonism Unvailed, en el que se comenta el fraude del Libro de Mormón
Libro de Eber D. Howe, Mormonism Unvailed,
en el que se comenta el fraude del Libro de Mormón

Pero las personas que se han iniciado en el estudio de la ciencia genealógica durante el s.XXI están, tal vez, más acostumbrados a utilizar la tecnología y a acceder a esos datos utilizando su ordenador para acceder online a una imagen digitalizada de estos libros sacramentales. De hecho, la gran mayoría de estos genealogistas desconocen la existencia de las numerosas obras genealógicas de consulta que hay sobre este tipo de datos. Principalmente acceden a estas imágenes utilizando la web Family Search[5], mantenida y gestionada por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días, más conocidos como mormones. Family Search parecería ser, de alguna forma, una nueva denominación para la Sociedad Genealógica de Utah, fundada por los mormones en 1894 “con la finalidad de reunir registros genealógicos y ayudar a los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a conocer sus historias familiares[6].”

Esta Sociedad Genealógica de Utah comenzó a recopilar todo tipo de información que pudiera ser utilizada para poder identificar a las personas que han vivido en el mundo antes que nosotros, y a “ayudar a las personas a conectarse con sus antepasados[7].” Hacia 1950, la Sociedad Genealógica de Utah construyó la Bóveda de la Montaña de Granito, excavada en la roca de Little Cottonwood Canyon, en las cercanías del Lago Salado; una fortaleza inexpugnable con puertas de acero de 32 toneladas, cuyo objetivo es el de resguardar y mantener los archivos en condiciones óptimas de conservación.

¿Por qué los mormones se interesan por la genealogía? ¿por qué recopilan y conservan datos genealógicos de todo el mundo y gastan en ello ingentes cantidades de dinero? Simplemente porque cuando un mormón efectúa un estudio genealógico no está, realmente, efectuando una actividad científica e histórica, sino cumpliendo con una de sus actividades doctrinales en lo que ellos llaman su obra genealógica o vicaria. Cuando un mormón efectúa una actividad genealógica no está efectuando una actividad histórica sino religiosa.

Para llegar a comprender esto es necesario conocer algunos aspectos de su doctrina, de sus rituales y de su historia.

La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días fue oficialmente registrada en los E.E.U.U. como congregación el 6 de abril de 1830, si bien no adoptó este nombre hasta 1838. Su fundación se debe a Joseph Smith, quien “Es reconocido por sus seguidores como el profeta al que Dios habría encargado la restauración de su Iglesia[8]. Según Smith, éste habría tenido una primera visión de Dios que le habría indicado que todos los grupos religiosos existentes entonces estaban corrompidos y no eran de su agrado[9]; a partir de entonces recibiría otras supuestas visitas del ángel Moroni[10] que le indicarían el lugar en el que estaría “un libro, escrito sobre planchas de oro, el cual daba una relación de los antiguos habitantes de este continente [América], así como el origen de su procedencia. También declaró que en él se encerraba la plenitud del evangelio eterno cual el Salvador lo había comunicado a los antiguos habitantes[11]. Junto a las planchas, el ángel Moroni supuestamente indicó también la ubicación de dos piedras que “formaban lo que se llamaba el Urim y Tumim[12] y que servirían para que Smith pudiera traducir el libro. Posteriormente, Smith y su pariente Oliver Cowdery supuestamente recibirían también las apariciones de Juan el Bautista, que les otorgaría “una autoridad sacerdotal y les dio instrucciones para que se bautizaran y ordenaran al sacerdocio aarónico mutuamente[13]; y después la visita de los apóstoles Pedro, Santiago y Juan, que los ordenarían al sacerdocio de Melquisedec. De esta manera, Smith y Cowdery, se convirtieron en los dos primeros élderes[14] mormones, que iniciarían el nuevo grupo.

Su doctrina se halla contenida básicamente en sus libros sagrados: el Libro de Mormón, Doctrina y Convenios, una versión mormona de la Biblia[15], y la Perla de Gran Precio; siendo el Libro de Mormón -que ellos denominan Otro Testamento de Jesucristo- el que prevalece sobre los demás. Doctrina y Convenios y la Perla de Gran Precio “son las verdaderas bases del corpus doctrinal y ritual de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días y el origen de la ruptura profunda y radical con el cristianismo tradicional y ortodoxo[16].”  Por supuesto todas sus doctrinas están abiertas a los cambios que pudieran resultar de las supuestas revelaciones que recibieran los diferentes presidentes de este grupo religioso, en su carácter de profetas; así ha habido numerosos cambios en su doctrina que han sido asumidos por revelación.

En la Perla de Gran Precio se encuentran la enseñanza del politeísmo y numerosas “afirmaciones erróneas sobre Dios, como su realidad humana, temporal y física, ya que antes de ser divino afirman que fue un hombre y que vive ahora cerca de Kólob, una lejana estrella, que es la que le marca el tiempo ([Perla de Gran Precio] Abraham 3, 2-9). Más adelante se relata la historia de la creación no por parte de Dios sino de los dioses... [...] «Entonces el Señor dijo: Descendamos. Y descendieron en el principio, y ellos, esto es, los Dioses, organizaron y formaron los cielos y la tierra. ([Perla de Gran Precio] Abraham 4, 1)»”.[17]

De tal manera tampoco creen en la Santísima Trinidad sino en tres dioses diferentes, como manifiesta el propio fundador: “Siempre de declarado que Dios es un Personaje distinto, que Jesucristo es un Personaje aparte y distinto de Dios el Padre, y que el Espíritu Santo es otro Personaje distinto, y es espíritu; y estos tres constituyen tres Personajes distintos y tres Dioses (IJSUD, 2007, Enseñanzas J. Smith:44)”. “Frecuentemente, muchos mormones entienden equivocadamente la doctrina católica sobre la Santísima Trinidad, como si esta enseñara que Dios se muestra unas veces como Padre, otras como Hijo, otras como Espíritu Santo; como si Dios tuviera tres posibles roles, rostros o modos de comportamiento. Este error se llama modalismo y es contrario a la fe católica[18].”

Para los mormones la vida es “una prueba de la valía personal de cada ser humano... con el objetivo de determinar si son lo suficientemente dignos para progresar o evolucionar espiritualmente después de la misma. A esta prueba la conocen como Plan de Salvación[19]...”

Así creen en una vida preterrenal de las almas[20] -con origen en un Padre Celestial y una Madre Celestial-, y que su paso por esta vida determinará el que sean o no exaltados, convertidos también en dioses. Según sus enseñanzas “Los Padres Celestiales consiguieron también su divinidad con un proceso similar, en otro mundo y llevado a cabo por otros dioses, sus respectivos Padres Celestiales[21].”

Esta exaltación que hemos mencionado “Se alcanza con un sellamiento matrimonial sagrado y precisa por lo tanto de los rituales secretos del templo (Doctrina y Convenios 76, 58-59; 88, 107; 132, 17; 132, 19-20)”. Para los mormones quienes no llegan a alcanzar la exaltación, el máximo grado de gloria, se condenan. “Por otro lado, los que hayan muerto sin alcanzar este grado aún por no haber recibido las correspondientes ordenanzas pueden ser ayudados a ello por los vivos, mormones dignos de la IJSUD. Estos mormones fieles «hacen investigación y preparan su historia familiar para determinar el nombre y la fecha de nacimiento de sus antepasados a fin de que se puedan efectuar por ellos las ordenanzas de salvación» (IJSUD, Guía para el Estudio de las Escrituras, término Salvación de los Muertos). Esta y no otra es la razón de los estudios genealógicos (almacenados bajo las más estrictas medidas de seguridad en Little Cottonwood Canyon, en Salt Lake City) que realizan en todo el mundo los mormones, haciendo para los fallecidos en los templos los rituales adecuados de salvación y glorificación[22].”

El acceso a formar parte de la IJSUD lo confiere la recepción del bautismo, que los mormones realizan por inmersión. Pero como ha habido gente que no recibió este bautismo, ya sea porque no quiso hacerlo en vida, o porque murió antes del nacimiento de Joseph Smith, los mormones practican el Bautismo por los Muertos, de tal manera que “Aquellos espíritus de difuntos que aceptaran este ritual que se hace por ellos pueden así avanzar en el desarrollo de su gloria (Doctrina y Convenios 124, 29; 127, 5-9; 128, 1; 138, 33) (IJSUD, Guía para el Estudio de las Escrituras, término Bautismo)[23].”

Para los mormones el bautismo es una revelación divina y una ordenanza esencial, “una puerta por la cual toda alma debe pasar a fin de obtener la vida eterna”, como manifestó en octubre de 1975 Boyd K. Packer, miembro del Consejo de los Doce Apóstoles[24], afirmando que “una persona puede bautizarse por otra que nunca haya tenido esa oportunidad, y ésta puede aceptar o rechazar el bautismo de acuerdo con su deseo”, y asegurando que los mormones practican estos bautismos por los muertos con el fin de bautizar a toda la humanidad en la fe mormona, según afirma diciendo “...aunque el mundo conoce muy poco de ello, trabajamos obedientemente llevando adelante una obra que es tan maravillosa y trascendental en su totalidad, que sobrepasa todo lo que hombre pudiera haber soñado de excelso, inspirado y verdadero[25].”

El bautismo por los muertos es una práctica que los mormones han copiado de algunas religiones paganas o de sectas primitivas como los marcionistas, y supondría para las almas una especie de segunda oportunidad; algo totalmente contrario a las enseñanzas del Evangelio contenidas en la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro (Lc. 16, 19-31) y condenado por herejía en el Concilio de Hipona del año 393, que sentencia que “El bautismo es único y debe ser recibido en vida, y lo contrario es herejía y paganismo.”

Como menciona la ex-mormona Yasmín Oré, “Sólo una mujer puede bautizar en nombre de mujeres fallecidas y un varón de manera similar con sus pares. Así un mormón puede representar a cualquier fallecido, sea éste o no un familiar suyo[26].”

En efecto, los mormones parecen pretender bautizar en la religión mormona a todas las personas que hayan vivido en nuestro planeta a lo largo de la historia. Así, en la década de los 70 “David McKay ordenó que los nombres se extrajeran de los registros sin importar si tenían descendientes mormones o no, y se entregaran a los templos para su bautismo... Theodore Burton, en 1975, ponía nombre al mecanismo por el que el mundo entero -conocido y registrado- se haría mormón: «Programa de Extracción Controlado». Un dato concreto: en 1981, cuatro millones de almas se bautizaron en los templos mormones. De ellos, sólo 49.800 fueron personas vivas[27].”

Bautismo por los muertos efectuado por los mormones al papa Juan Pablo II
Bautismo por los muertos efectuado por los
mormones al papa Juan Pablo II

Estos bautismos por los muertos de personas totalmente ajenas a las creencias mormonas y que tampoco guardan relación familiar o de parentesco cercano con algún mormón, han acarreado no pocas protestas y alguna disculpa por parte de la IJSUD, que no hace sino confirmar la autenticidad de que estas prácticas son realizadas. En 2012 los mormones debieron disculparse por haber bautizado por los muertos a los padres de Simón Wiesenthal, famoso perseguidor de nazis y de religión judía. De tal manera que “El rabino Abraham Cooper del Centro Simon Wiesenthal dijo que los bautismos eran «inaceptables», y agregó que las personas que perdieron todo y fueron asesinados por ser judíos durante el Holocausto no deberían tener el alma secuestrada por otra religión[28].”

De forma similar, han bautizado también a la lista entera de Papas, hasta Juan Pablo II. Este en concreto ha sido bautizado por los mormones hasta en seis ocasiones (11 de abril de 2006 en Ogden Utah; 19 de abril de 2006 en Madrid; 20 de abril de 2006 en Jordan River Utah; 26 de abril de 2006 en Salt Lake; 25 de noviembre de 2009 en Idaho Falls; 23 de abril de 2011 en Logan Utah; además de confirmado el 1 de diciembre de 2009 en San Diego California)[29]. Otros, como el papa Pío XII o san Ignacio de Loyola han sido sellados con unas inexistentes esposas[30]. Se da la peculiar circunstancia de que las personas que determinaron la invalidez del bautismo mormón, el papa Juan Pablo II y el card. Ratzinger -posteriormente nombrado papa Benedicto XVI-, una ha sido bautizada como mormón y Benedicto XVI lo será en un futuro, probablemente, al poco de su muerte. Esto se sigue produciendo a pesar de que, de manera visiblemente pública, se indica que no debe hacerse. Incluso podemos encontrar esa indicación en los términos de uso de la web de Familiy Search. La realidad parece ser otra.

Pero dado que la mayoría de nosotros no creemos en el bautismo mormón, ni en el bautismo por los muertos, ni en ninguna de las creencias mormonas, a fin de cuentas lo que puede interesar a los genealogistas es la disposición de los mormones de proporcionar el acceso on line, y sin coste alguno, a colecciones de documentos sacramentales y civiles de todo el mundo. El acceso a estos contenidos, que se realiza mediante la web de Family Search, era totalmente libre hasta no hace mucho tiempo y requiere ahora de un registro en su base de datos que nos dará acceso a millones de contenidos con los que poder efectuar nuestras investigaciones genealógicas, o al menos parte de ellas. Igualmente, la web nos permite crear nuestro árbol genealógico on line, a semejanza de la manera en como lo hacen otras webs genealógicas de internet. Todo lo que se relaciona con Family Search se realiza desde esta página web. Incluso en el caso de que queramos convertirnos en indexadores de estas colecciones -un medio que algunos toman como una forma de retribución al acceso gratuito a esos archivos que proporcionan los mormones- todo se realizará desde esta página web y quedará almacenado en los servidores y registros de Family Search.

Por supuesto, como ocurre con este tipo de páginas webs, todo lo que subamos a esta web queda de propiedad de la Iglesia de los Santos de los Últimos Días, que podrá incluso modificar o publicar nuestro trabajo sin necesidad de mencionar nuestra autoría, ni de solicitar ningún permiso. Perderemos absolutamente todo derecho sobre nuestro trabajo y esfuerzo genealógico, cediendo de forma irrevocable nuestra propiedad intelectual. Para mayor abundamiento transcribimos la parte correspondiente a este aspecto que se encuentra en el disclaimer de la web de Family Search -actualizados el 1 de septiembre de 2018-, que aceptamos al registrarnos: “A cambio de que usted use este sitio y/o nuestro almacenamiento de cualquier información que usted envíe, por la presente nos concede una licencia sin restricciones, totalmente pagada, libre de regalías, a nivel mundial, irrevocable, que se puede sublicenciar y perpetua para utilizar cualquier y toda la información, contenido, y otros materiales que usted envíe (de forma colectiva, el “Contenido aportado”) o que se proporcione al sitio de cualquier modo (incluso, sin limitación, datos genealógicos, imágenes, escritos, documentos, materiales, grabaciones, deliberaciones e información relacionados con personas fallecidas o con cualquier otra cosa) con cualquier propósito o para todos los fines, de cualquiera o de todos los modos, y en todas las formas de medios que poseemos, a nuestra entera discreción, que consideremos apropiados con el fin de respaldar nuestra misión de fomentar la historia familiar y la investigación genealógica. Como parte de dicha licencia, usted nos otorga permiso para copiar, mostrar de forma pública, transmitir, difundir, representar, distribuir y usar de cualquier modo (y permitir que otras personas utilicen) el Contenido aportado por usted con todo el mundo, por cualquier medio que consideremos apropiado (electrónico o de otra índole, incluyendo internet). Usted también comprende y acepta que como parte de tal licencia, tenemos el derecho de crear (y permitir que otros creen) y utilizar obras derivadas del Contenido aportado por usted mediante la combinación total o parcial del mismo con el que se ha aportado por otras personas, o bien, mediante la modificación del Contenido aportado por usted”.[31]

A la mayoría de los nuevos genealogistas que desarrollan toda su labor -o la gran mayoría de ella- por internet, esto no supone ningún problema. Acostumbrados a un entorno en el que todo se comparte, ésta parece ser también una de las premisas que han adoptado los genealogistas de internet.

Muchos de estos genealogistas se preguntan ¿porqué, entonces, no están on line los archivos de muchas de las diócesis católicas? ¿porqué hay archivos que lo están y, pese a que los mormones se ofrecen a microfilmar y digitalizar los documentos de manera gratuita las diócesis no lo hacen? ¿Porqué si solicito al párroco o al archivero diocesano una simple fotografía de una partida no me la proporciona y si me envía una certificación de la misma? La respuesta no parece estar muy alejada de la lógica.

En efecto la Iglesia católica digitaliza parte de sus archivos con fines de conservación. A veces lo puede llevar a cabo mediante acuerdos con los diferentes gobiernos, que conocedores de que los archivos eclesiásticos suponen una parte importante de la historia social y cultural de las naciones, subvencionan la digitalización de estos fondos. Posiblemente no hay genealogista que no conozca la digitalización de los archivos de las diócesis vascas, acometidas con la concurrencia del gobierno vasco. ¿Qué ocurre entonces con las diócesis que no tienen sus fondos digitalizados?

La Conferencia Episcopal Española, en el año 2010, elaboró unas Orientaciones Acerca de los Libros Sacramentales Parroquiales, que regulan la manera en que han de llevarse estos libros y de tratar los datos contenidos en ellos. Sus puntos 33 y 34 son bastante ilustrativos sobre porqué el párroco o el archivero no debe enviarnos una imagen de la partida sin el permiso del Ordinario: “33. En ningún caso se debe permitir la consulta directa, manipulación, grabación o reproducción total o parcial de los libros sacramentales que se encuentren en las parroquias. 34. La microfilmación, digitalización, o cualquier otra iniciativa de tratamiento global o parcial del archivo requerirá la autorización escrita del Obispo.”

En algunos archivos en los que esto haya sido autorizado por el obispo u obispos correspondientes -como es el caso de las diócesis vascas- no tendremos problemas en obtener una impresión en papel de la partida sacramental que nos interesa, habitualmente mediante el abono de una pequeña tasa que contribuye a sufragar los gastos de mantenimiento del propio archivo o las obras de caridad que la Iglesia lleva a cabo habitualmente.

Un tema que resulta recurrente en los foros de internet es el que menciona la necesidad de que los obispos católicos pongan los archivos sacramentales de sus diócesis a disposición de la IJSUD para que éstos, sin coste económico, la microfilmen, digitalicen y terminen poniéndola a disposición de todos los genealogistas a través de la web de Family Search. Estas discusiones en los foros de internet suelen contener muchos comentarios en los que, sin mayor conocimiento de las circunstancias, se arremete directa y gratuitamente contra la Iglesia católica, los obispos y contra cualquier sacerdote. A fin de cuentas el meterse con los curas, con motivo o sin él, parece que se ha convertido en uno de los mayores entretenimientos mundiales; y además es gratis.

Las diócesis católicas no ponen sus registros sacramentales en manos de los mormones simplemente porque no deben hacerlo. La Congregación para el Clero, organismo del Vaticano, elaboró una carta en 2008, firmada por su prefecto el Card. Claudio Hummes, en la que indica que “la Congregación para la Doctrina de la Fe, con carta del 29 de enero del año en curso, ha indicado una cuestión -señalada por algunos obispos- referente a la posibilidad de permitir a la Sociedad Genealógica de Utah (mormones) de microfilmar y digitalizar las informaciones contenidas en los registros parroquiales. [...] En pleno acuerdo con las graves reservas expresadas por dicha Congregación, este Dicasterio desea llamar la atención de su Conferencia Episcopal, con el fin de que se dé aviso a cada uno de los Ordinarios Diocesanos de no consentir, en su respectivo territorio, la susodicha práctica por ser lesiva a la privacidad de las personas y, además, si así fuera se cooperaría con las prácticas erróneas [el bautismo de los muertos] de la IJSUD (Info-RIES, Los mormones y los archivos de la Iglesia católica)[32].”

Posiblemente los genealogistas, que tantas veces hemos visto partidas sacramentales en la web de Family Search, y que incluso hemos asistido a los Centros de Historia Familiar de los mormones a mirar microfilms, nos suponemos al margen de cualquiera de estas prácticas mormonas que podemos incluso considerar absurdas, o que simplemente no van con nosotros. Pero la realidad es que, cada vez más, los genealogistas que desarrollan su actividad en internet repiten -posiblemente sin darse cuenta- consignas que están más relacionadas con la genealogía-religión practicada por los mormones, que con la genealogía-historia que de siempre han llevado a cabo los genealogistas.

Una de las consignas más repetidas, o que al menos su repetición nos ha llamado poderosamente la atención, es aquella que manifiesta que “nuestros ancestros están esperando que los encontremos”. Pese a que quienes la repiten no tienen noción -en muchos de los casos- de estar haciéndolo, esta resulta una clara manifestación de las creencias mormónicas en este aspecto. Según los mormones, las almas de los difuntos estarían esperando, en una especie de limbo, ser encontradas y bautizadas por los muertos en la fe mormona, para así poder ser salvas.

Existe un breve cortometraje, elaborado por los mormones, que en su momento fue difundido mediante la utilización de YouTube en la mayoría de foros de genealogía en internet, muy bien realizado, que narra la historia de dos soldados. Ambos han resultado muertos durante la I Guerra Mundial. Se encuentran en una especie de limbo -representado por un parque medio en tinieblas- en el cual se presentan, se cuentan su historia y esperan durante muchos años. Al cabo de un tiempo un mensajero se presenta para advertir a uno de ellos que un familiar suyo se ha hecho mormón y que pronto podrá bautizarlo por los muertos para que el soldado pueda ser salvo y avanzar. Aún habrá de esperar muchos años hasta que su familiar haga las pesquisas genealógicas necesarias y lo encuentre. El soldado manifiesta que no podrán salir de ese limbo en el que están hasta que un familiar haga la obra por ellos. El vídeo, en un tono muy emotivo, viene a manifestar que nuestras vidas estarían ligadas a las de nuestros ancestros, y que éstos dependen de nosotros para ser encontrados y avanzar -posiblemente un genealogista que no conociera el sentido religioso que para los mormones tiene avanzar, no entendería el verdadero significado de esta frase-.

Otra frase que supone cierto grado de acercamiento al pensamiento religioso mormón es aquella que afirma que “tenemos derecho a hacer genealogía y a encontrar a nuestros antepasados”. Efectivamente cualquier genealogista tiene derecho a practicar la genealogía, pero en igual medida con la que un ciclista tiene derecho a montar en bicicleta, o un jinete a practicar la equitación, o un aeronauta a volar en globo; sin que ni el Estado u otros particulares estén obligados a proveerles los medios para desarrollar esta actividad, y mucho menos de forma gratuita. Si este legítimo derecho se asociara a algo religioso, tan trascendental como la salvación de las almas, tal vez dotara a este derecho de mayor fuerza o legitimara en alguna medida esta reivindicación. Es claramente una manifestación que se acerca a lo que resulta  doctrinal en los mormones, que sin embargo es repetida alegremente por quienes no lo son, con el único objeto de reivindicar una facilidad de acceso a los documentos y una gratuidad del mismo -aun suponiendo una lesión a los derechos de los propietarios del archivo, que también tienen sus derechos y que pueden no querer ponerlo a disposición pública, o aun queriendo pueden no ser capaces de asumir el coste elevado de proporcionar este servicio-.

Hemos mencionado aquí una breve muestra, pero es notable como los genealogistas de internet repiten con cotidiana frecuencia -y generalmente con notoria ingenuidad- frases y conceptos que entrañan una concepción mormona de la genealogía, lo que resulta una clara muestra de que los mormones utilizan la gran expansión que ha experimentado la genealogía desde la popularización de internet, para realizar también mediante ella una labor proselitista. No es menospreciable la gran cantidad de manifestaciones que se dan en los foros de genealogía en internet, alabando a los mormones y las facilidades genealógicas que proveen de forma gratuita, al tiempo que vilipendian a la Iglesia católica, a su jerarquía y a sus sacerdotes.

Por supuesto muchos no sospechan -o no quieren hacerlo- que detrás de esa puesta a nuestra disposición, gratuitamente, de todos los registros microfilmados y de una aplicación que nos permite, también gratuitamente, elaborar nuestro árbol genealógico, enlazar estos registros y mantener nuestra información genealógica on line -algo que tiene un coste de mantenimiento anual de millones de dólares- se esconde una actividad proselitista que pretende incorporar seguidores a su secta. Si Family Search, pudiendo ser de acceso único a los mormones -con un coste económico muy inferior a hacerlo accesible a cualquier persona- permite el acceso a todo el mundo no es porque sí, aunque algunos quieran creerlo mientras el acceso siga siendo gratuito (en la historia de la humanidad el Becerro de Oro siempre ha tenido multitud de adoradores).

La Iglesia de los Santos de los Últimos Días es una secta que se da así misma un rango eclesial, a semejanza de otras sectas que también se otorgan esta denominación (Iglesia de la Unificación, Iglesia Universal del Reino de Dios, Iglesia de la Cienciología, Iglesia Gnóstica Universal, etc.), considerándose la Iglesia restaurada, fiel ante la supuesta Apostasía de la Iglesia católica, a la que consideran la gran ramera del Apocalipsis. Es una organización piramidal totalitaria y totalizante, que “tiende a marcar todas las relaciones de sus miembros[33]; utilizan simbología y rituales ocultos -sirviéndose de muchos ceremoniales masónicos- que “han de ser creídas después de hacerse miembros y no conocidas previamente. Un aspecto típicamente de cualquier secta peligrosa es la re-significación semántica de terminología, conceptos, nombres, personajes... del cristianismo con sentido diverso, generando confusión interna y externa, y también facilitando la captación de nuevos miembros provenientes de una cultura cristiana. El líder, Joseph Smith, y el resto de sus sucesores son considerados como profetas, videntes, apóstoles o iluminados especiales, con capacidad de negar revelaciones de anteriores patriarcas, como Abraham o Moisés, o de apóstoles como san Pedro o san Pablo. Incluso palabras dichas por el mismo Jesucristo tal y como están en la Escritura. Esto lleva a un seguimiento y sumisión absoluta por parte de los adeptos del grupo, marcando todos los detalles de la vida de los fieles... [...] El fuerte proselitismo también es uno de los elementos distintivos de la IJSUD desde sus inicios y hoy también. Es un proselitismo sistematizado, buscando gente con características concretas... [...] Creen que la verdad reside solamente en ellos, en base a la supuesta apostasía del cristianismo, y que solamente se puede alcanzar la salvación más elevada y plena practicando sus propios rituales en sus templos. [...] El rechazo de las doctrinas tras su aceptación supone convertirse en un condenado, destinado a las tinieblas exteriores. [...] Se amenaza con castigos eternos ante la lectura de material crítico ajeno a la Iglesia mormona, ante el cuestionamiento de problemas del grupo y, por supuesto, la consideración de salir del grupo, a pesar de haberse dado la entrada sin conocimiento pleno y completo, libre y razonado, antes de la adhesión. Los aspectos precedentes llevan a subvertir la voluntad de los adeptos, impidiéndoles criticar a los dirigentes y las anomalías y contradicciones del grupo. [...] Los mormones son un grupo de muy alto sentido emotivo y afectivo, muy grupal y familiar, relegando aspectos más racionales y críticos, potenciando la facilidad de introducir ideas de escasa contrastación incluso dentro del marco de creencias del grupo, como las revelaciones que anulan revelaciones precedentes. Ante dudas utilizan las emociones y el sentir en el corazón como determinación de la verdad y la inspiración[34].”

Muchas veces hemos visto cómo, en los foros de genealogía en internet se manifestaban las normales sensaciones emotivas que los genealogistas podemos llegar a tener (quien no ha sentido cierto grado de emoción, por ejemplo, al sostener en un archivo el mismo documento que sostuvo y firmó hace 300 años uno de nuestros ancestros) y de alguna manera estas emociones terminaban siendo vinculadas a alguna frase o algún concepto más cercano a las creencias mormonas que a la práctica de una genealogía histórica y científica, que no por ello debe resultar menos emotiva para quienes la estudiamos.

Quienes hayan llegado en su lectura hasta aquí tendrán un mayor conocimiento de porqué los mormones están tan interesados en la genealogía, en el objeto con el que la realizan, en sus prácticas religiosas y porqué son considerados una secta politeísta y sincretista que nada tiene que ver con el cristianismo, pese a que ellos se consideren a si mismos una iglesia cristiana.

Posiblemente si alguno de los genealogistas de internet que lean estas líneas decide hacerse mormón, lo hará con un mayor conocimiento de causa. De igual manera, si algún mormón lee estas líneas esperamos que sirvan como un revulsivo que le anime a profundizar en un mayor conocimiento crítico de sus creencias, recordando que el Evangelio dice “Pedid y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra y al que llama se le abre. (Mt. 7, 7-8).”

Los demás, que posiblemente sigamos viendo partidas sacramentales en Family Search, habremos tal vez ampliado nuestros conocimientos sobre los mormones y sobre las prácticas de su religión. Es posible que ya no seamos tan cándidos y no vinculemos nuestras emociones al practicar la genealogía con una espiritualidad mormona que con seguridad no compartimos necesariamente. Pero con total probabilidad, ni Ud. ni yo -al haber dado nuestro nombre y datos al crear una cuenta de Family Search- podamos evitar que en un futuro que espero muy lejano, algún mormón efectúe con nosotros el bautismo por los muertos con el objeto de convertirnos, a nosotros también, en mormones; así -siempre según los mormones- podremos avanzar y convertirnos en dioses.

Personalmente no tengo ningún interés en convertirme en un dios. Cuando “llegue el día del último viaje”, desde mi simple y eterna condición humana sólo espero poder “hablar a Dios un día”, a pesar de “mi torpe aliño indumentario”. [35]

 

 

 

[1] GONZÁLEZ MONTES, Mons. Adolfo, obispo de Almería. En “Normativa sobre Archivos de la Iglesia”. Almería: Obispado de Almería, 2012.

[2] FERNÁNDEZ DE BURZACO, Hugo. “Aportes biogenealógicos para un padrón de habitantes del Río de la Plata”. Buenos Aires, 1988.

[3] JÁUREGUI RUEDA, Carlos. “Matrimonios de la Catedral de Buenos Aires 1656-1760”. Buenos Aires: Fuentes históricas y genealógicas argentinas, 1987; y “Matrimonios de la Catedral de Buenos Aires 1747-1823”. Buenos Aires: Fuentes históricas y genealógicas argentinas, 1989.

[4] APOLANT, Juan Alejandro.  “Génesis de la familia uruguaya”. Montevideo, 1966.

[5] http://www.familysearch.org

[6] https://www.familysearch.org/wiki/es/Biblioteca_de_Historia_Familiar_de_Salt_Lake_City

[7] https://www.familysearch.org/home/about

[8] JARA, Vicente, y NÚÑEZ, Jorge. “Los Mormones. ¿De verdad sabes quiénes son?”. Madrid: Digital Reasons, 2017.

[9] Perla de Gran Precio, Historia 17-20.

[10] El ángel Moroni es el que podemos ver coronando las edificaciones de los templos mormones, soplando una trompeta. Es, supuestamente, hijo de Mormón. Este último -afirman los mormones- fue un profeta perteneciente a la tribu americana de los nefitas, cuya historia y enseñanzas habrían sido recopiladas por Mormón en unas tablas de oro, antes de ser exterminados por los lamanitas. Estas tablas habrían sido enterradas por Moroni, para que en el futuro fueran descubiertas por quien supuestamente habría de renovar la Iglesia de Cristo. Supuestamente esto ocurrió en América entre losa siglos IV y V d.C.; y por causa de haber exterminado a los nefitas, los lamanitas habrían sido castigados con la tez oscura de su piel, siendo sus descendientes los actuales indios americanos.

[11] Libro de Mormón. El Testimonio del profeta Joseph Smith.

[12] Op. cit.

[13] JARA, Vicente, y NÚÑEZ, Jorge. Op. cit.

[14] “Élder es uno de estos oficios dentro del Sacerdocio de Melquisedec o Mayor, y significa una posición específica para el que lo posee y requiere ciertas responsabilidades y deberes. Regularmente se llama Élder a una Autoridad General o a un Misionero varón”. (https://losmormones.org/elder).

[15] Versión Inspirada o traducción de la Biblia realizada por el propio Joseph Smith sobre la Biblia en su versión protestante King James. De ahí que los mormones manifiesten como un artículo de fe que “Creemos que la Biblia es la palabra de Dios hasta donde esté traducida correctamente; también creemos que El Libro de Mormón es la palabra de Dios”. Es decir que creen en la Biblia sólo después de haber sido interpretada y adulterada por Joseph Smtih.

[16] JARA, Vicente, y NÚÑEZ, Jorge. Op. cit.

[17] Op. cit.

[18] Op. cit.

[19] Op. cit.

[20] Libro de Mormón, Alma 40, 11-14; Perla de Gran Precio, Abraham 3, 23.

[21] JARA, Vicente, y NÚÑEZ, Jorge. Op. cit.

[22] Op. cit.

[23] Op. cit.

[24] https://www.youtube.com/watch?v=eG8D_c2eF_E

[25] Op. cit.

[26] ORÉ, Yasmín. http://www.religionenlibertad.com/blog/55977/bautismo-por-los-muertos-los-mormones.html

[27] RIES - RED IBEROAMERICANA DE ESTUDIO DE LAS SECTAS. http://www.infocatolica.com/blog/infories.php/1311140310-el-bautismo-por-los-muertos-t

[28] ITON GADOL. http:// http://itongadol.com/noticias/val/61448/la-iglesia-mormona-se-disculpa-por-el-bautismo-de-los-judios-muertos.html

[29] RADKEY, Helen. http://www.salamandersociety.com/temple/mormon_jewish_temple_baptism/pope_john_paul_II_mormon.pdf

[30] https://radiocristiandad.wordpress.com/2007/02/17/%C2%BFpapa-benedicto-sera-mormon-despues-de-muerto/

[31] https://www.familysearch.org/terms

[32] JARA, Vicente, y NÚÑEZ, Jorge. Op. cit.

[33] Op. cit.

[34] Op. cit.

[35] En referencia a los conocidos versos de Antonio Machado que llevan por título “Retrato”.

 

 

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